La Vía de la Plata

Los romanos se basaron en una densa red de calzadas para poder dominar la península ibérica. La necesidad de moverse con rápidez de un lado a otro tanto por motivos militares y luego económicos crearon esta infraestuctura que perduró durante siglos.

Una de estas calzadas enlazaba la ciudad de Mérida (fundada en el año 25 a.C. como Emerita Augusta, capital de la provincia romana de Lusitania) con Astorga (fundada en el año 27 a.C. como Asturica Augusta, capital del conventus Asturum, en la provincia Tarraconense), motivo por lo que ha recibido recientemente el nombre de Iter ab Emerita Asturicam en un trazado de 313 millas romanas (1 milla romana = 1480 mts.). de sur a norte. Luego en ambas ciudades salian calzadas hacia otros grandes centros urbanos o económicos creando así la red citada. La calzada romana “Vía o Camino de la Plata” discurre por las provincias de Badajoz, Cáceres, Salamanca, Zamora y León

No se trata de un camino "descubierto" por roma. Estos no hicieron más que urbanizar una ruta que ya existia desde siglos anteriores en el mismo momento que las tribus de cazadores del paleolítico seguían a sus presas en su migración anual a través de pasos naturales como el puerto de Béjar o de los Castaños. Con la fundación de Gades por los Fenicios esta ruta adquiere también un carácter económico importante. Muchas de las mansios y ciudades romanas nacen sobre otras ciudades previas de los moradores de la península.

Se considera que el término "Vía de la Plata" podría proceder de "Bal'latta", término árabe que hace referencia al carácter empedrado de la antigua calzada romana eliminando cualquier alusión al metal. Otras opiniones se inclinan por una etimología latina (platea = vía pública) o griega (platys = ancho). Este término se repite en otras partes de la península donde quedan restos de calzadas romanas.

Su uso primitivo fue militar para la conquista de la península de sur a norte. Surge desde los primeras luchas contra los lusitanos y la necesidad de unir campamentos militares (Castra Servilia - Casar de Cáceres) con la retaguardia para mejorar su suministro. Camino primero de tierra es la Roma imperial en el año 25 a.c. con Octavio Augusto la que tras pacificar la península empieza a romanizarla fundando ciudades como Emerita Augusta con soldados licenciados y Asturica Augusta como baluarte militar frente a las tribus más impetuosas del norte. Posteriormente se construyen puentes y se crea el empedrado de la vía hasta Salamanca. A partir de aquí es un camino de tierra de peores características. En el siglo III ya está unidos el Atlántico y Mediterraneo con el Cantabrico.

La información que de ella tenemos se basa en el Itinerario de Antonino que nos permite conocer que tenía una longitud de 313 millas romanas, con mansios una cada 20 - 25 millas romanas que a la postre fueron el origen de ciudades como Cáceres, Salamanca, Zamora.

1 -Emerita Augusta - Mérida (Río Guadiana)
2 -Ad Sorores XXVI 38,48 - Casas de D. Antonio (Río Ayuela)
3 -Castra Caecilia-Norba Caesarina XX 29,60 - Cáceres (Fuente Ribera del Marco)
4 -Turmulus XX 29,60 - Ruinas de Alconetar (Río Tajo)
5 -Rusticiana XXII 32,56 - Galisteo (Río Jerte)
6 -Caparra XXII 32,56 - Ruinas de Caparra (Río Ambroz)
7 -Caecilio Vicus XXII 32,56 - Puerto de Béjar (Fuente del Tesoro)
8 -Ad Lippos XII 17,76 - Valverde Valdelacasa (Río Sangusin)
9 -Sentice XV 22,20 - Finca de la Dueña (Fuente Santa)
10 -Salmantica XXIIII 35,52 - Salamanca (Río Tormes)
11 -Sabaria XXI 31,08 - Torre del Sabre (Río San Cristóbal)
12 -Ocelo Duri XXI 31,08 - Zamora (Río Duero)
13 -Vico Aquario XVI 23,68 - Ruinas de Castrotorafe (Río Esla)
14 - Brigaeco XXXII 47,36 - Benavente (Río Órbigo)
15 - Bedunia XX 29,60 - San Juan de Torres (Río Órbigo)
16 - Asturica Augusta XX 29,60 - Astorga (Río Jerga)

Todo indica que, para el trazado de la Vía de la Plata, se utilizaron instrumentos topográficos y técnicas de nivelación. Pueden encontrarse en algunos tramos de su perfil longitudinal pendientes continuas de varios kilómetros de longitud, con suaves inclinaciones nunca superiores al 5% y también, cuando el terreno llano o de penillanura lo permitía, larguísimas alineaciones perfectamente rectilíneas.

En los terrenos alomados algunos tramos de la calzada van trazados por las cuerdas altas del relieve, es decir, por las líneas divisorias de aguas vertientes, evitando los cauces de agua y las zonas de encharcamientos para no tener que hacer costosas obras de drenaje. La calzada desciende a los cauces fluviales para atravesarlos por el vado más seguro o seguir un rumbo paralelo a sus márgenes fuera de la zona de avenidas. Si remonta las laderas de un puerto de montaña, lo hará siempre por la vertiente inclinada a levante, porque la vertiente orientada a poniente está sometida con mayor intensidad a los rigores de los temporales invernales procedentes del Atlántico.