Pereje - Sarria
Impresionante Luis... El motor Perkins ha vuelto a funcionar toda la noche sin fallar ni un momento. Que felicidad. Los demás, especialmente Vicky y yo lo hemos sufrido en silencio. Bueno, el caso es que hay que levantarse. No llueve y el día parece despejado. Parece que esta vez tienen razón los hombres del tiempo. Santiago hoy sale con la bici.
Salimos tarde, sobre las 9 horas, pero nuestro inicial destino, Sarriá, no esta demasiado lejos y la etapa se prevé más corta que otros días. Como ya va siendo costumbre desayunaremos cuando hayamos pedaleado un poco. Así quedamos con César en Vega de Valcarce donde además hay tienda y podremos comprar algo de comer.
Circulamos primero por la carretera hasta que tomamos un desvío en Trabadelo. Todo esta un poco cambiado por la construcción de la autovía. Seguimos en ligero ascenso para luego volver a descender hasta la carretera otra vez. Así seguimos hasta Ambasmestas y hacia el desvío hacia Vega. Ahora ya es una carreterita mas estrecha pero por el motivo antes dicho esta transitado por camiones.
En Vega de Valcarce desayunamos tranquilamente después de comprar un poco de comida. Hace un poco de fresco, pero el día promete. No sabemos muy bien como es el camino que nos queda hasta El Cebreiro
Salimos por la carretera hasta el desvío a Herrerías donde ya vamos por el camino primitivo. Primero asfalto viejo y luego un camino que se convierte en sendero y que al cabo de un rato de pedaleo se hace impracticable y debemos subirlo a pie. Todo este camino, en el que nos encontramos a nuestros compañeros de refugio que van a pie, transita por lugares sombríos en medio de un paisaje precioso. Sin problemas llegamos a La Faba desde donde ya podemos seguir montados. El camino en fuerte subida al principio se va despejando poco a poco y la vista que aparece es espectacular. Ya se adivina el Cebreiro. Subimos como de costumbre en varios pelotones. Yo pedaleo charlando con Pedro y así casi ni nos enteramos de la subida hasta Laguna de Castilla donde esperamos a Luis que sube a su ritmo. Estamos muy sudados y en la sombra casi hace frío. Sellamos en un refugio pequeñito y ya juntos ascendemos hacia el Cebreiro por una pista que a poco de llegar al puerto esta asfaltada. Vicky prueba el camino antiguo que circula paralelo aunque a menor altura que el nuestro. Llegamos a la vez a la cima. Salimos de Castilla y entramos en Galicia. A partir de aquí cada medio kilómetro un mojón nos indica cuanto nos queda hasta Santiago.
El Cebreiro significa nuestra última gran ascensión del Camino. Sellamos en tres sitios, fotos como de costumbre y visitamos con detalle la iglesia de Santa María la Real (prerrománica) donde está su hermosa talla románica de la virgen del mismo nombre y las reliquias del milagro. Encontramos las típicas pallozas donde en una de ellas está instalado un museo.
Tomamos un refresco y seguimos en descenso para afrontar el puerto del Poio. Decidimos hacer este tramo por carretera ya que el camino circula paralelo a esta y la cruza numerosas veces con el peligro que eso conlleva a los ciclistas. Dejamos a nuestra derecha Hospital de la Condes y Padornelo. En ascenso y en medio de un pequeño pique llegamos al Poio. Previamente nos hemos hecho una foto en un monumento al peregrino que hay a la izquierda de la carretera. Dudamos si comer o no allí, pero el fresco y la presencia de nubes amenazantes nos deciden a seguir un rato disfrutando de este rapidísimo descenso. César nos espera a media bajada junto a un merendero construido en el sitio que el sendero cruza la carretera. Comemos y seguimos descendiendo hacia Triacastela donde sellamos.
En este punto del camino aparecen dos alternativas; Por Samos o por San Xil. Como el anterior viaje lo hicimos por Samos -lo mismo que Juan- y es casi todo carretera, esta vez decidimos explorar territorio desconocido y subir por San Xil.
Desde luego no nos arrepentimos de la elección. El camino circula primero por una mala carretera local entre árboles y en ligera subida. Luego, ya por camino, nos introducimos poco a poco en un vallecito hasta llegar A Balsa. Minúsculo lugar donde tras cruzar el barranco de Valdoscuro ascendemos por un camino con gran desnivel, con bastante barro en algunos tramos y que dificulta el avance obligando a echar pie a tierra en alguna ocasión.
Así desembocamos en una carreterita que ascendiendo otra vez nos lleva a San Xil o Sanxil y por asfalto malo y por un terreno ondulante llegamos al alto de Riocabo. Allí sale un desvío que nuevamente nos introduce en pistas de tierra y desde donde vemos a vista de pájaro el paisaje de esta zona. Valles profundos que nosotros recorremos sin descender a su fondo por el cordal de la sierra.
A continuación vamos descendiendo, aunque con repechos intermedios, variando continuamente por pistas, senderos, trialeras, carreteritas etc.. pasamos por multitud de aldeas que no salen ni en los mapas,. Montán, Fontearcuda, Furela, Pintin, Calvor, etc.. Así llegamos a las cercanías de Sarriá donde ya circulamos por un rápido andador junto a la carretera.
Llegamos al albergue de Sarria y nuestros temores se confirman. Lleno hasta los topes, la gente espera en la calle. Sellamos y quedamos con César en el centro del pueblo para discutir que hacemos... buscar una pensión... seguir adelante... Justo cuando llegamos una chica de la oficina de turismo nos socorre. No se ni como ni porque, pero nos conoce. ¡Nuestras colas de zorro dejan huella allí por donde pasamos! Muy amablemente nos indica que vayamos al polideportivo donde podremos dormir en el suelo. ¡Dios... otra vez no!. También nos dice donde podemos cenar barato y que lugares hay para salir por la noche. Desde luego la opción de seguir como propone Vicky la descartamos. Yo ya conozco el terreno y se que los 20 km. que nos separan de Portomarin son muy duros y de avance lento con lo que nos caería la noche encima y que tampoco nos aseguran el sitio.
Nos dirigimos al pabellón
y situamos el tenderete
en una esquina. Las duchas están destrozadas y con agua helada.
El pabellón está lleno de críos de colegios que empiezan
el camino a 100 km. para lograr la compostela. Salimos a cenar donde nos
dijo la chica y luego nos retiramos a dormir "casi todos". El
resto prueba la noche de Sarria. La algarabía dentro del local
es impresionante. Ya a oscuras y linterna en mano escribo estas lineas.
Solo nos quedan 2 etapas para acabar el Camino y cierto nerviosismo me
recorre el cuerpo. Mañana nos espera un tramo divertido y muy bonito
pero a la vez bastante duro, en especial si queremos aproximarnos lo más
posible a Santiago.
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Miguel Soler Gracia©. Creada en Julio de 2001. Navegadores 4.0 o superior. Resolución recomendada 800x600 o superior. Necesita pluggin de flash |
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