Etapa 5
		Distancia 58 km. Desnivel 1.553 mts Tiempo 7,21 h.

Aragües del Puerto - Isaba (1/2)

Miércoles, día 2 de julio de 2008

La noche ha sido algo incomoda. A los truenos y relámpagos se une una cama con el colchón de lana que se hunde hasta engullirme. La hora de levantarse las 7, hoy un poco más tarde porque el desayuno, bien surtido, no nos lo dan hasta las 7.30. Lo tomamos en la misma casa que hemos dormido y a donde llegaron los amigos barceloneses. Será el último día que los veamos, espero que hayan acabado con bien la travesía.

Unas fotos en la plaza del pueblo, cargamos agua y salimos por el camino de Urdués marcado también como GR. A pocos metros de empezar debemos echar el pie a tierra y ascender andando. El camino se transforma en senda pedregosa y húmeda que empapa los pies y por la que, salvo pequeños tramos, es imposible pedalear. Se adivina que en tiempos era un ancho camino empedrado, pero que el tiempo y la falta de mantenimiento no han perdonado. Sin embargo y pese a las protestas que oigo a mis espaldas, el camino es bonito. Este tramo termina en una pista muy vestida y donde, a pesar de mis indicaciones, César, Mamen y Antonio continúan por el sendero marcado como GR. Los demás continuamos por el camino "bueno", según indica el track, pero en el que apenas podemos ciclar unos metros. Nos reagrupamos en el collado bajo una línea de alta tensión, origen probable de la pista por la que intentamos circular. Llama la atención que estas pistas vistas con orthofotografía -las fotos tienen unos 3 o 4 años- aparecen claras y limpias. Desde luego, si no se mantienen, habrá que buscar trazado alternativo a este tramo.

Intentamos contactar por la emisora con Antonio para decirles que vuelvan al “redil”, sin embargo la comunicación es mala. No estamos seguros que debemos hacer así que perdemos mucho tiempo. Al final, decido adelantarme bajando la pista para ver si así pueden oír mi silbato o si el sendero que ellos han seguido aboca a nuestra pista. No hay contestación y todos descendemos por esta pista que está destrozada y que se ciclaría más si el terreno no estuviera completamente embarrado. Barro y piedras mojadas son mala combinación y sufrimos varias caídas que nos hacen ser cautos. Al final Michel consigue comunicarse con Antonio y milagrosamente, el sendero que seguían nuestros compañeros aboca en el camino que llevamos nosotros. Tras unas revueltas inacabables cruzamos el barranco de Bagües y, cerca de él, nos reagrupamos todos. Descendemos ya por mejor camino hasta la ermita de la Virgen de Catarecha . Un sendero nos permite bajar hasta el fondo del valle y ya circularemos todos juntos por un camino pedregoso que cruza mil veces el barranco de Santa Eulalia , ahora cargado de agua fruto de las últimas lluvias y al que se suma el barranco Mestrigüelo casi cuando desembocamos en la carreterita a Urdués .

Ya reagrupados, ascendemos ligeramente y con tranquilidad en dirección a este pequeño pueblo al que llegamos en algo más de kilómetro y medio. Atravesamos la población buscando agua donde rellenar los depósitos y la encontramos junto a la iglesia, lugar desde donde sale el camino que debemos seguir. Tomamos un camino ciclable que sigue paralelo al barranco de Romaciete . Al poco de pedalear, abandonamos esta pista y tomamos otra en ascenso que a los pocos metros acaba en un prado junto a una caseta. Solo hay una salida y se trata de un sendero en mal estado marcado como GR. Maldecimos a los dioses porque estamos ya un poco cansados de patear el monte con la bici a cuestas. Comenzamos a ascender penosamente y llegamos a los restos de lo que en alguna época fue pista y que ahora es impracticable. Esta, continúa ascendiendo hasta un collado donde por fin y a pesar de su estado, podemos pedalear. Primero un tramo técnico que da paso a un camino "mejor" que ya desciende en dirección a Echo.

Tras algo más de un kilómetro, el track nos dirige hacia un sendero que sale a la derecha de la pista. Un momento de duda ya que esta parece descender hasta la carretera de Hecho, pero decidimos seguir el track que nos introduce en un sendero por un bosque precioso y que tiene un gran desnivel. En situación de terreno seco, algo se ciclaría, pero no somos trialeros y como el suelo está muy húmedo, descendemos a pie. El bosque es precioso y escasamente pasa la luz. Varios zigzags hacen que descendamos rápidamente y abocamos a un punto desde el que, a tramos, podemos pedalear -se nota que la fuerza del agua ha hecho estragos en el camino- hasta que llegamos a una pista mejor desde la que sin problemas podemos llegar hasta Echo .

En este pueblo, al que llegamos un poco antes del mediodía, nos esperan los coches de apoyo y comemos algo ligero en un bar y donde Pedro visita la farmacia en busca de algo que alivie su trasero.