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Puente del Congosto - Salamanca
Jueves 8 de julio de 2010 He dejado las caderas marcadas en el suelo. Oigo la alarma de Antonio que duerme en la habitación de al lado. En realidad, ya llevo un buen rato despierto. Tengo todo preparado y salgo el primero a la furgoneta para guardar el equipaje. Cuando recogemos las bicis vemos que Manolo tiene la rueda pinchada. La reparamos en un momento, engrasamos las bicis y nos preparamos para salir. Hoy tampoco hay desayuno, así que entraremos en algún bar de los numerosos pueblos por los que vamos a pasar. Marcos vuelve a coger la bici porque se encuentra mejor y yo sigo con la funda de gel. Hoy no me molesta la rodilla Salimos del pueblo a las 7 h, retomando la cabañera justo en el puente medieval. Arrancamos en ascenso por un buen camino en dirección noroeste. Hay poca luz y el sol no ha salido todavía. Ya se nota un poco el cambio de latitud con respecto al primer día. Cuando apenas llevamos 4 km de marcha, a la altura de la cola de un embalse sobre el Tormes, el camino se transforma en sendero. Está muy cerrado, con hierbas muy altas y mojadas por la humedad. El avance es lento y nos da tiempo a contemplar la salida del sol tras una montaña. Hay mucha calima y el astro aparece más grande. Michel y yo aprovechamos para hacer unas cuantas fotos. Reanudada la marcha, debemos estar muy atentos a los waypoints. Muchas veces marcan el recorrido por donde no se ve el camino -desde luego no tan bien como con la fotografía aérea- aunque este se encuentre allí. Nos ayudamos de las marcas de GR que aparecen, ya que parecen seguir nuestra dirección. Pedaleamos y andamos muy cerca del agua de este embalse de cola. Más tarde, llegamos a una cerca. Mientras algunos la saltan, otros la rodeamos a la altura de una presa. Hasta aquí llega una buena pista que solo seguimos unos metros para volver a pedalear por sendero. Estamos rodeados, en muchas ocasiones, de hierbas más altas que nosotros. Cuando todo se agoste el camino será más evidente, pero debido a la lluviosa primavera, este año hay hierba por todas partes, además, su tacto no es precisamente agradable y muchas de ellas son correosas y arañan la piel. Siempre guiados por las marcas del gps y la GR seguimos avanzando y entramos en una zona peor, en la que debemos cruzar un par de humedales y ascender entre rocas hasta un pequeño paso. A partir de aquí, la senda se hace más ciclable y pronto se transforma en camino. Este va descendiendo poco a poco junto al río Tormes, hasta que gira a la izquierda para cruzar por la cola de un brazo del embalse de Santa Teresa . Desde casa traigo la duda de si existe puente o no y como este año ha llovido tanto pues. eso, muchas dudas. Por fin llegamos al punto crítico y, con alivio, veo que hay un puente de cemento cubierto de poca agua y una pasarela de piedras preparada para cuando suba el nivel. Lo cruzamos montados en la bici y el camino se pierde en la hierba, aunque su sentido es evidente. La GR nos acompaña en todo momento y con Antonio comentamos lo mal señalizada que está. A nosotros nos ha ayudado en algún momento, pero porque tenemos el gps para comparar la dirección del camino. Salimos en ascenso del barranco y el camino mejora mucho. Ahora es una pista ancha y bien cuidada que se dirige a Guijo de Ávila dejando a la derecha el gran embalse antes citado. Pedaleamos con rapidez hasta desembocar en una carreterita. Ahora, debemos ascender hasta el pueblo por asfalto. La intención es desayunar en este pueblo. Cuando llegamos a Guijo de Ávila preguntamos por algún bar. Una mujer, que espera el camión de reparto, nos dice que en la plaza hay tres. Me acerco con Edu y comprobamos que están todos cerrados. Empiezo a sospechar que las celebraciones futboleras de la noche anterior nos van a pasar factura. Volvemos a la carretera y lo comentamos con los demás. Vemos la posibilidad de ir a Guijuelo que es una población más grande y además lo tengo marcado como alternativa para llegar a la unión con la Vía de la Plata . Tomamos una buena pista que coincide con la cañada y, por un absoluto despiste, me salto el desvío a Guijuelo. Cuando Michel me lo advierte ya es tarde y, a sabiendas de la bronca que me va a caer, sigo adelante en dirección a Fuenterroble. César nos dice por radio que ya está en Guijuelo y que no hay ningún bar abierto. Le decimos que vaya a Fuenterroble. Yo se que en ese pueblo hay varios bares porque en la Ruta de la Plata comimos muy bien en uno de ellos. La pista termina en la autopista y debemos buscar la forma de cruzarla. Afortunadamente hay un paso inferior a la derecha y retomamos el camino sin problemas. Este asciende suavemente hasta llegar a una carreterita. Es justo en este punto donde abandonamos la Cañada Real Soriana Occidental después de casi 6 días dentro de ella. Ya me siento tranquilo y relajado. Lo hemos conseguido. El resto de la etapa, para mí personalmente, es un puro trámite para llegar a Salamanca, única población donde hay medios de locomoción con los que podemos volver a casa. Giramos a la derecha por asfalto para desviarnos a la izquierda en menos de medio kilometro. Un buen y llano camino nos deja en la carretera de Guijuelo a Fuenterroble. El pueblo ya lo vemos al fondo, en una hondonada. Descendemos a toda velocidad hasta Fuenterroble de la Sierra y entramos en el junto al refugio del cura Blas . César nos espera aquí y nos confirma lo peor; los bares del pueblo están cerrados. Entro en el refugio a saludar al hospitalero y les comento que dormí allí en él año 2006, durante la Ruta de la Plata . Los demás entran a coger agua y a ver el local por dentro. Edu y Antonio están enfadados por no poder desayunar y el hospitalero nos ofrece unos embutidos. No me parece oportuno abusar de su hospitalidad siendo tantas personas y como el debate se prolonga demasiado y no nos lleva a ningún sitio, decido seguir adelante hasta San Pedro Ronzados que también tiene bar. Michel me apoya y los demás nos siguen. Es el único momento algo tenso de la ruta, pero no me gusta dilatar las situaciones sin solución, es una pérdida de tiempo y energía inútil. Salimos del pueblo siguiendo la Vía de la plata que coincide con la Cañada Real de la Vizana, como así lo atestiguan las alambradas a ambos lados del ancho camino. Me parece que todo está igual, pero algo parece cambiado desde que pasé por aquí. Ahora este tramo está marcado como GR-100 Vía de la Plata y como Camino de Santiago del sur . Aparecen también varios miliarios romanos colocados a los lados del recorrido que antes no estaban y restos de catas en la vía. El recorrido es rápido porque el camino desciende hasta un cruce múltiple de caminos que recuerdo bien porque la vez anterior me confundí y nos costó hacer 4 km de más. Luego, el camino se hace más herboso y va ascendiendo junto a alguna cabaña de pastores y altas cruces de madera que instala el cura Blas para indicar el rumbo a seguir por los peregrinos. .
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