Pont de Suert- Senz (2/2)

Sin embargo, este ambiente de paz se trunca cuando al pobre Pedro le empiezan a dar unos fuertes calambres a los que todos estamos expuestos en alguna ocasión. Descendemos de la bici y Michel y yo le acompañamos andando para ver si así relaja las piernas. Hace unos estiramientos y en medio de una verborrea de apoyo psicológico, come algo con sales y frutos secos que, aparentemente, mejoran su estado. Sin embargo ahora la pista se inclina más y no es el mejor panorama para recuperar. A tramos montados y a tramos acompañando a Pedro a pie, vamos realizando la ascensión hasta que llega un momento que estos calambres son tan fuertes que escasamente puede seguir andando. Por fortuna queda poco para un primer collado desde el que la pista se humaniza algo. Allí nos esperan el resto. Cuando llegamos, Mamen le da una sesión de masajes en las piernas para intentar que se recupere. Queda mucha ruta y estamos en un mal sitio para recibir ayuda de los coches de apoyo.

Tras una buena sesión de ellos y un rato para recuperar, reemprendemos la marcha a ritmo muy suave para que los músculos de Pedro se fuercen lo menos posible, bajándose de la bici y andando un rato si hace falta. Afortunadamente, el resto de camino hasta el collado de más altura que debemos pasar, es algo más suave salvo el último repecho de pocos metros.

En este collado de Muria (1570 m), se abre ante nuestra vista un paisaje en todo su esplendor, propio de mayo, con un color verde radiante y montañas nevadas de postal. Comienza ahora un descenso muy bonito, pero no exento de dificultad, por terreno herboso entre bosque y praderas con el camino no muy definido en ocasiones. Poco a poco se va haciendo mejor. Las paradas son continuas ya que en cada recodo aparecen nuevos picos y fotografías excelentes. Antonio, todo un libro de sabiduría en materia de montaña, nos ilustra sobre lo que vemos: Macizo de las Madaletas, Poset, sierra de Chía -que conocemos bien en nuestras rutas por la zona-, el Gallinero , desde donde saltan los parapentistas… El macizo del Turbón , al que bordeamos, cubre nuestro recorrido por la izquierda.

El terreno va cambiando y la pista pasa a ser de tierra, abundando las zonas encharcadas y blandas entre tramos más pedregosos. Dejamos a la derecha pueblos como La Muria y San Martín . Mamen pincha al clavarse una rama en la rueda.

El camino, ahora más suave, llanea por bosque, pero siempre con tendencia a descender hasta que llegamos a las proximidades de Gabás . No entramos en el pueblo, pero a partir de aquí nos esperan sorpresas no muy agradables. Lo que según el perfil es todo descenso y fuerte, se transforma en un continuo sube y baja rompe piernas. Lo que le faltaba al pobre Pedro. Esperando y anhelando esa bajada, por mala que sea, el camino nos introduce en una especie de desfiladero que bordeamos por la izquierda salvando montones de barrancos pequeños. Por fin llega un momento en el que la pista se decide a bajar. ¡Y como lo hace! Terreno trialero que desciende en tramos vertiginosos sobre un suelo suelto y lleno de lajas que al final aboca en la pista asfaltada de Abi . Ya desde aquí, descendemos hasta Seira Nuevo y entramos a comer en el Círculo Recreatívo H.E.C. donde Carmen ya ha reservado comida. Son poco mas de las 2.30, así que decidimos comer. Al fin y al cabo, el resto de camino del día es asfalto.

La comida está muy bien y nos quedamos más que satisfechos alargando, quizás demasiado, la sobremesa, pero cuando se está bien…, se está bien. Casi dos horas de parada nos van a pasar algo de factura luego. ¿A quién le apetece pedalear ahora?

Pasadas las cuatro, salimos por la carretera N-260 que sigue el curso del río Ésera y que desciende en dirección a Campo. Antes, paramos a coger agua fresca en una famosa fuente de la zona. La carretera nos guarda algunas sorpresas. Tiene pequeñas tachuelas que me pillan algo desprevenido y cargan bastante mis piernas. En el descenso, Mamen revienta de nuevo la rueda y vemos que tiene un agujero grande producto de una rama que se le clavó en el anterior pinchazo. Lo arreglamos, pero habrá que cambiar la cubierta por otra que llevamos de repuesto.

Cuando llegamos a una pequeña represa del río, poco antes de Campo , tomamos el desvío al valle de Viu . Paramos para reagrupar y hacer unas fotos. La gente sale en desbandada y el ascenso lo hacemos en grupos pequeños soportando bastante calor y con un viento en calma que aumenta esta sensación. La subida en si no es dura, pero ya llevamos muy cargadas las piernas y es el primer día de pedaleo.

Por fin, Senz aparece ante nuestros ojos. Me quedo para avisar por donde debemos entrar en el pueblo y así llegamos a la casa de turismo rural donde nos vamos a alojar. Se trata de Casa Arán . Está muy bien y rápidamente nos distribuimos por las habitaciones para darnos una relajante ducha. También aprovechamos que hay lavadora y hacemos un par de coladas.

El resto de la tarde es de puro relax y tertulia animada. Los chavales de Barcelona también duermen aquí y comeremos todos juntos. La preparación de la cena tiene algún que otro percance con el fuego. La llama de la brasa prende en un viejo madero y este comienza a arder. Entre todos lo apagamos y modificamos el tiro de la chimenea para que el incidente no se repita. La cena es a base de puro colesterol, pero está de muerte. El hambre puede con todo y el ambiente de jolgorio es importante. Tras la cena, ya de noche, damos una vuelta por el pueblo con visita a la iglesia que solo está iluminada con una bombillita de esas que se emplean en los nacimientos para simular una llama. Hacemos de Iker Jiménez durante un rato. Al final, quedamos en la plazoleta de la casa Pedro y yo. Escribo este diario sin ganas y él me acompaña charlando un rato, aunque el cuerpo le pide ir a dormir. Tomo la decisión de no seguir escribiendo en todo el viaje. Ya me acordaré de las cosas cuando vuelva a Huesca, o eso espero…

La etapa de hoy ha terminado con 66 km, 1810 m de desnivel acumulado y 5.12 h de pedaleo real. Una buena forma de empezar la aventura.

Mañana es todo territorio conocido para mí y solo me quedan dudas sobre la dureza final de la etapa. Da igual, estoy en mi terreno y esto me da mucha confianza. Me siento como en casa.