El infiltrado

Otros de los participes también escribieron sus diarios de la ruta. Aquí está el escrito por Pedro:

8 de julio de 2007

Hoy empieza una nueva aventura de once amigos que emprenderemos un reto en el que se funden la amistad, el deporte, el amor por la naturaleza y seguramente un montón de cosas más. No será una labor fácil pero parece que todos ponemos de nuestra parte para que todo esto pase al mundo de nuestras vidas creando un capital inolvidable.

Primer día y para empezar nos despertamos y levantamos antes de lo previsto el día anterior (5,45h), creo que la inquietud nos puede y tenemos ganas de comenzar a pedalear. Pero, ¡que crimen! De salida nos encontramos con un pedazo de cuesta que se nos atraganta a todos pero que con pundonor y con las fuerzas del comienzo superamos no sin dejar los primeros sudores.

A partir de aquí nos vendrán un continuo subir y bajar que nos durará todo el día.

Entre nosotros reina el buen humor y un compañerismo en el que el apoyo mutuo hace más llevadera la etapa aún cuando el calor nos va dando mazazos continuos que vamos superando con el fuerte deseo de un baño en la piscina del camping donde nos esperan Carmen y César.

Por fin llegamos y nuestros deseos se hacen realidad. Agua y otras bebidas por dentro y más agua por fuera (piscina y ducha). Auténtica tarde de remojo todo ello acompañado de otros deseos de comer algo sólido ya que durante el día apenas hemos ingerido comida. La cena será el combustible del día siguiente. Cenamos en Sant Lorenç de la Muga entre raciones de buen humor para disponernos a mentalizarnos para iniciar la jornada del día siguiente con ilusión.

9 de julio de 2007

Segunda etapa y amanecemos con otro ánimo. El descanso ha sido profundo y de calidad aunque un poco escaso pero persisten las ganas de empezar cuanto antes a pesar que la primera subida es prolongada, larga a la vez que atractiva ya que la pista y la pendiente se hacen muy llevaderos para andar, hablar, reír y sacar algunas fotos que nos harán rememorar estos momentos en el futuro.

El astro rey no hace su aparición durante el día, cosa que agradecemos durante la jornada, sobre todo al mediodía ya que nos coincidirá con e tramo de asfalto más pestoso que nos podamos imaginar. Pero antes de esto disfrutamos de una larga bajada tupida de arbolado que por tierra y luego cemento nos hace desembocar en unos amplios prados y luego en un barranco más propio de la sierra de Guara que de por este lugar. Y como no, acabamos en un camping comiendo unos sabrosos bocadillos de tortilla con pan, aceite y tomate, bebida, café y porque deberíamos seguir con la bicicleta, si no, cae todo lo que nos pongan por delante. Así que rápidamente tiramos para adelante ya con otro cuerpo.

A partir de aquí nos llega todo lo peor del día, una carretera que continuamente sube y baja hasta que nos destroza las piernas. Todo esto acompañado de un sin parar de sudar que nos deja baldados a Miguel y a mi. Vamos nueve ciclistas en cuatro pelotones así hasta el mediodía donde nos espera la rubia más atractiva del día: "la Estrella de Damm" que nos calma la sed para afrontar el ramo final de la etapa asta Camprodon.
La rotura del cuadro de la bicicleta de César nos deja a todos un poco tocados y veremos si se puede dar solución al problema y se puede reincorporar pronto al grupo para hacer realidad esa ilusión que tenemos todos de culminar por completo el proyecto.

Casi a las 5 de la tarde llegamos al camping de Camprodon donde nos alojaremos y descansaremos para renovar fuerzas que vamos a necesitar si continuamos cogiendo altura en este monumento natural llamado Pirineos.

Mañana amaneceremos mirando al cielo esperando que este nos abra sus puertas y que el azul venza a las nubes y estas no nos duchen en la marcha. Hasta mañana.

10 de julio de 2007

Hoy hemos descansado como reyes, más por necesidad que por gusto y hemos retrasado la diana a las 8. La decisión ha sido consensuada por todos y ha sido un acierto pleno.

Del mismo modo hemos determinado tomar una ruta en principio más corta pero luego nos damos cuenta que no lo es tanto aunque si que llega a ser más exigente de lo que anticipábamos. De entrada, tras rodar unos kilómetros después de Llanars empezamos a subir y subir y subir incluso por pendientes que nos hacen echar el pie al suelo y caminar bici en mano, siempre gozando del entorno porque empieza a ser verdadero Pirineo. Todo esto lo seguimos aliñando con unas gotas de buen humor, compañerismo e incluso turismo. Seguimos adelante y después de encumbrar el primer alto del día comienza la primera bajada. Comprobamos de igual manera que aquí no existe un llano ni por asomo, o bien miramos hacia arriba o bien lo hacemos hacia abajo pero nunca de frente.

Hoy hemos disfrutado especialmente porque hemos tenido todo a favor: el tiempo, el ritmo de pedaleo, la comida del mediodía y un largo etc… Si que hemos echado de menos a César en el pedaleo, en especial Mamen, ya que seguro hubiera disfrutado más que ninguno.

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