El infiltrado

Me llama poderosamente la atención la actitud de Antonio, es el mas joven veterano del grupo, se adelanta para hacer docenas de fotografías que seguro agradeceremos en el futuro, se queda con el grupo retrasado, es el contacto comunicador con César y Michel, se va de avanzadilla para pasarnos información para el grupo e incluso se suelta en comentarios que nos sorprenden muy gratamente a todos.

Lo que teníamos previsto acabar antes, se ha terminado a la hora de todos los días, pero muy contentos porque la jornada así lo ha merecido. Nos hemos quedado con gusto y fuerzas para afrontar con ganas la jornada de mañana.

Después de todo esto nos tomamos nuestra particular recompensa diaria: Potente ducha y nuestra querida rubia "Estrella de Damm".

Ahora solo nos queda disfrutar de la más que ganada cena que os permitirá repostar el suficiente combustible para atacar la jornada de mañana.

11 de julio de 2007

Hoy llegamos al ecuador de la primera parte de este atractivo proyecto. Tocamos diana a las 6 h. y después de realizar el primer esfuerzo del día que es el de levantarnos, salimos a las 7,15 h. Una vez que hemos desayunado fuerte preparamos las monturas y nos abrigamos bien porque la mañana es verdaderamente fría. Nos costará subir la temperatura de nuestros cuerpos serranos ya que además hoy el inicio es en bajada, cosa que hemos deseado todos los días menos, precisamente, hoy. Hasta que no hemos empezado a ascender no hemos entrado en calor.

La subida a La Molina ha sido un grupo unificado con buen ambiente aunque con el incordio de la excesiva velocidad con la que subían los vehículos.

Con deseos de rodar por tierra dejamos el asfalto y nos adentramos por las praderas donde la hierba se apodera del arbolado y esto significa que volamos muy altos y más que lo haremos más tarde.

A esas horas el estómago comienza a rugir y eso quiere decir que es la hora de buscar un lugar donde avituallarnos y en verdad que lo hacemos bien. Surtido de bocadillos y bebidas rubricadas con café nos hacen sentirnos más "personas" o al menos más "bikers". Miguel y yo seguimos fieles a nuestras "rubias", esta vez gasificadas.

Y después del placer viene el gran hachazo. Llega una pendiente ascendente que nos hace andar durante un largo tiempo. Son las pistas de esquí en las que los esquiadores seguro que bajarán a velocidad inversamente proporcional a la de nuestra ascensión.

Superamos las pistas y la subida se asemeja a una etapa del Tour de Francia, cerca del cielo, sin vegetación, frío y hoy con el cielo amenazante. Estamos fuertes y encumbramos cerca de las nubes para empezar a bajar durante largo tiempo. Disfrutamos del descenso tanto en carretera como e el precioso camino que nos llevará a la meta del día: Bagá.

Después recibimos la recompensa diaria, ducha, comida y descanso para continuar con la charla y preparación de lo que nos espera mañana.

12 de julio de 2007

Quinto día de pedaleo y seguimos mirando a las altas cumbres del pirineo. Hoy se añade el problema de salud de José Luis que ha pasado mala noche con vómitos que le impedirán partir con el grupo. Merche de menos echará de menos su compañía en la marcha.

Después de salir puntuales del Monasterio de Paller y esta vez cuesta abajo, comenzamos a ascender hasta hartarnos. Más de tres horas cuesta arriba pero ha sido una subida preciosa con espectaculares montañas por cualquier parte donde mirásemos, especialmente cuando se ha alzado ante nosotros la cumbre de Pedraforca, nos hemos quedado admirados ante su presencia y esta nos ha acompañado durante buen rato, siempre en ascensión.

Luego hemos empezado a bajar también durante un largo periodo de tiempo y hemos tenido que desempolvar nuestras mejores técnicas de descenso para sortear los obstáculos que ante nuestras ruedas delanteras se han ido presentando.

Encontramos gente por el camino y como en otros viajes un rato de charla que hay que dedicar porque siempre se agradece, y más en estos parajes tan inhóspitos donde para algunos puede que seamos las únicas personas que vean en todo el día.

Al mediodía y con el esfuerzo físico nuestros estómagos rugen como leones y nos abalanzamos como posesos en busca de Tuixen, donde nos esperan nuestras "rubias" acompañados de unos platos combinados, exquisitos helados y unas "frescas" (infusiones especiales).

Después de comer siempre cuesta arrancar pero esta vez cuesta abajo se hace más llevadero aunque siempre llega el momento de poner el plato pequeño y empezar a tirar para arriba. Hoy se añade el calor y no como aliado ya que está preparando el mazo para atizarnos de un momento a otro, pero aguantamos el subidón con arrojo y encumbramos el último collado del día. ¡Este equipo funciona!

A partir de aquí nueva bajada hasta Noves de Segre, no sin antes hacer unas risas a la hora de cruzar un charco por el que es imposible que pase Antonio y su montura, la cual no conoce el agua, al menos en marcha.

La etapa se prorroga unos kilómetros por problemas de alojamiento y se hace más larga de lo normal. Bueno, han sido 80 km. que os han dejado un poco tocados.

No obstante hemos cenado fuerte y llevamos el depósito lleno para afrontar el largo y único repecho de 30 km. iniciales que nos esperan mañana.