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Camino de Darnius. Precioso camino con agradable descenso.
Descenso a Sant Llorenç de la Muga.
El descanso de los guerreros en el camping Bassegoda park. Un día redondo..

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Llança - Pont de Suert
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Llança- Albanya (3/3)

Cruzamos bajo la autopista de La Jonquera y continuamos en ascenso por asfalto reciente durante casi 4 km hasta Agullana . En el pueblo es difícil seguir el track y pasamos por la iglesia del pueblo donde posamos, todos juntos, ante su puerta. Al fin, localizamos el camino y tomamos una pista en dirección a Darnius. Los caminos están muy bien marcados (otra lección a aprender en nuestra tierra) y en ascenso, bajo la sombra de los árboles -lo cual no evita el calor-, llegamos a un desvío problemático. El track marca para un lado y el cartel del camino indica Darnius hacia el otro. Con mi GPS me lío algo ya que no lleva mapas, la pista a tomar sale en paralelo a la del error y en parado indica mal. Entonces el GPS de Michel nos saca del apuro ya que el suyo si los lleva y retomamos el camino bueno (el que no marca a Darnius) dejando en unos metros otro a la izquierda. En poco rato llegamos a un colladito desde donde, tras llanear un poco, comenzamos a descender de forma rápida y agradable y que solo se interrumpe por un desafortunado pinchazo de Mamen. El equipo Mc Laren lo resuelve en un abrir y cerrar de ojos para satisfacción de la interfecta. Continúa el descenso evitando pistas a masías cercanas hasta que sin pérdida, llegamos a la carretera de acceso a Darnius.

AGULLANA

Iglesia de Santa Maria de Agullana. La iglesia constituye el ejemplo más espectacular, en cuanto a dimensiones, de todo un grupo localizado especialmente desde la Jonquera en Albanyà: ábside semicircular, aparatos de sillares perfectamente escuadrados, aperturas de arcos de medio punto y aparición de las vueltas apuntadas.


Las dos primeras décadas del siglo XX Agullana vivió un tipo de competencia entre las principales familias pudientes para hacer de mecenas de algún proyecto de uso social, y fruto de esta competencia resultó el enorme edificio de ladrillo visto y zócalos de piedra granítica que se encuentra justo a la entrada del pueblo: el Asilo Gomis.


Monumentos megalíticos. Los primeros restos conservados datan del neolítico final y del calcolítico, es decir, del 2500-1800 a.C., justo antes y en la primera etapa de la introducción de los metales. Se trata de dos dólmenes: la Barraca del Lladre y la Llosa de la Jaça d'en Torrent, y dos menhires: la Pedra Dreta, llamada también el Roc del Frare, y el Menhir dels Palaus.


La necrópolis de Can Bech de Baix es un cementerio de tipo de campo de urnas que se caracteriza porque después de quemar a los muertos se depositaban los restos óseos en un recipiente de cerámica y se enterraban en unas fosas excabadas en el subsuelo.

Entramos a Darnius por el acceso asfaltado y cruzamos el pueblo hasta un parquecito, que parece un merendero, donde nos proveemos de agua. Allí hablamos con una pareja que ha llegado en bicicleta y que parecen extranjeros, pero que conocen la zona aparentemente bien. La chica nos comenta que la parte que nos falta es bastante bonita. El calor aprieta y no nos moveríamos de la sombra pero hay que seguir.

Salimos en dirección a Maçanet de Cabrenys , pero enseguida nos desviamos a la izquierda en ascenso por la carreterita de acceso al Club Náutico. Sin entrar en él, seguimos por una pista ahora asfaltada -en el libro aún sale de tierra- que rodea el pa ntano de Boadella por su margen izquierda durante unos 4.30 km y que resulta estar muy transitada por turismos. En esa distancia llegamos a un puente donde acaba el asfalto y comienza un camino de tierra en malas condiciones como ya nos había avisado la chica de Darnius. El tramo tiene ratos de durísima subida que destroza nuestras maltrechas piernas. El calor y el perfil de la etapa de hoy se notan a la hora de afrontar estas duras rampas. Tomamos una pista a la derecha en dirección a Can Bodó . El terreno muy suelto e inclinado hace que en algún sitio echemos los pies al suelo. Tras un rato pasamos por Can Lloses hasta ascender al Col de la Creu D'Ocell .

José Luis va algo tocado, se va quedando y lo esperamos Michel y yo. No es para menos, porque no se mueve un pelo de aire y en el bosque, con la sombra caliente de las coníferas, el ambiente es agobiante. Comienza ahora un descenso bastante peligroso por un terreno muy suelto y abarrancado donde la tracción de las ruedas en nula. Durante el descenso, se meten en mi cambio un montón de zarzas secas que me obligan a parar. Me cuesta mucho rato quitarlas porque me destrozan los dedos y los demás toman mucha ventaja. Intento pillarlos rápido, pero el piso está tan mal que no lo logro, incluso debo desmontar en algún punto. Por suerte me esperan en una curva donde reagrupamos para continuar el descenso con más tranquilidad.

Así, llegamos a un puente sobre el río Muga donde nos espera una desagradable sorpresa. Tras cruzarlo, la pista se trasforma en carretera encementada y comienza a ascender. Esto no sale en la guía y todos vamos ya con el chip de bajada. ¡Dios mío que pedazo de subida a estas alturas del día! Pongo un ritmo pachanguero y sigo a Antonio que va como una moto. Así, en un par de kilómetros, llegamos a un collado que tiene a la derecha un campamento infantil. Reagrupamos todos, aunque nadie habla porque falta el resuello. Ya no me queda agua y eso no me gusta, pero como comienza el ansiado descenso, me lanzo para llegar cuanto antes al pueblo. Es terreno asfaltado y bajamos a toda velocidad hasta la entrada de San Llorenç de la Muga. Pedro no baja y nos empezamos a inquietar, tarda mucho. Al cabo de un rato aparece y es que pensaba que no era el último y se había quedado a esperar.

Tenemos sed y es muy buena hora -son las 3 de la tarde-, así que decidimos buscar un sitio para tomar una rubia con gaseosa. Encontramos un bar llamado L'hostal de l'aigua , bastante "elegante", donde entramos y preguntamos por si hay menú para cenar. Nos dicen que sí, que nos harán pasta y carne o pescado. Quedamos en llamarles cuando consultemos a César y Carmen, no vaya a ser que ya hayan reservado algo.

Salimos en dirección a Albanyá por asfalto. No hay tan apenas desnivel y pronto se crean tres pelotones; delante, Antonio, César y Chavi, en medio, Mamen, Pedro y yo, que paramos a hacer unas fotos en la ermita o iglesia de Mare de Deu del Palau . Michel, José Luis y Merche cierran el grupo. Una vez que llegamos a Albanyá no estamos seguros por donde tirar hasta que vemos el cartel del camping. El alojamiento está en dirección oeste y en subida por una carreterita estrecha. Motones de críos alemanes pasan por la esta, así como muchos coches que escasamente caben por ella.

El camping Bassegoda Park tiene una apariencia espectacular, dejamos los carnets de identidad en la entrada y nos dirigimos a los bungalós. Menudos bungalós; aire acondicionado, televisión, cocina, duchas, etc. Vaya lujo. Como es muy pronto y hace mucho calor, hacemos una mini colada, nos ponemos los bañadores y nos vamos a la piscina. ¡Vaya lujo de fin de etapa! Hasta nos da tiempo de jugar un partido de baloncesto acuático que organiza el propio camping y donde perdemos las pocas fuerzas que aún nos quedan.

Nos bajamos a cenar al restaurante L'hostal de l'aigua, pero debemos hacer tiempo, así que nos vamos a Saint Llorenç de paseo. El pueblo, con su castillo y torreones, habla de su pasado defensivo. Volvemos al restaurante donde cenamos un montón de pasta, churrasco y un postre de la zona. Todo de maravilla. Una buena tisana y un vasito de ratafía, cierran la cena antes de subir a dormir al camping. A última hora, en el porchecito del bungaló, escribo, junto a Pedro y César el "orejillas" estas líneas. Ya es muy tarde y a las 6 hay que levantarse. Algo me dice que voy a dormir poco estos días.

La ruta de hoy es más dura de lo que parece y aunque la distancia -73.78 km- y la duración de la ruta es similar a la indicada por la guía, el desnivel acumulado en el track del GPS es bastante mayor -1700 m- del que dice el libro de Jordi Laparra -1140 m- y aunque los desniveles parciales no son grandes, la ruta en dientes de sierra, se hace dura por rompe piernas. Y eso que el calor es menor del que debería en esta época. No quiero ni pensar recorrerla con el tiempo lógico de verano.

 

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