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Camprodón - Planoles (2/2) Comienza ahora un descenso espectacular y que se puede disfrutar por todos. Tramos muy inclinados y técnicos propicios para posturillas radicales de "bikerpro", junto con otros más rápidos que permiten sacarle todo el jugo a la bici. Esto, sin olvidar el montón de fotos que realizamos, algunas con riesgo de nuestra propia integridad y con las que podremos contar las batallitas del recorrido a los amigos. El descenso pronto se mete en zona de bosque húmedo, con el suelo algo suelto, pero en el que no hemos tenido ningún susto. Una de las preocupaciones principales antes de emprender la ruta fue el encontrar neumáticos delanteros con buen agarre lateral y hoy se demuestra que lo he conseguido. Solo algún repecho intermedio, tras cruzar el torrent del Vellinfern , hace que resoplemos un poco y se oigan gritos por el dolor en las piernas. ¡Anda que no soy "exagerau" !, pero gritos, si se escuchaban.
Así llegamos a Pardines (1230 m) donde el camino nos dirige por el centro del pueblo directo a un bar, tanto que entro montado en la bici dentro de él (bueno, en un patio). Al principio, la dueña del bar se asusta al ver llegar a ocho lebreles hambrientos, pero luego nos conforma con un buen montón de rebanadas de pan con tomate y embutidos varios (jamón, butifarra, espetec, etc.) y cafés. Eso sí, sin que falten unas rubias con limón. Hoy la ruta es a una parada; Antonio feliz. Ya con los depósitos llenos y listos para seguir, atravesamos el pueblo dándonos de narices con una iglesia con una torre redonda sobre el ábside de aparente motivo defensivo. Al salir del pueblo, una confusión, me hace seguir por la carretera cuando deberíamos tomar un mal camino a nuestra derecha. Tras la rectificación, entramos en un tramo estrecho y mal marcado que se introduce en el bosque. El piso está muy suelto, húmedo y se hace bastante técnico. Llegamos a una zona donde el camino casi se pierde y un trecho vallado nos despista. Tenemos que atravesar una pradera en ligero ascenso hasta encontrar el camino por el que ya nos lleva el track y que tiene unas fuertes rampas que castigan bastante las piernas, pero siempre, compensado con descensos rápidos. La bajada continúa hasta Ribesaltes, un montón de casas aisladas donde tenemos otro despiste que rápidamente solucionamos tomando un camino que ya tiende todo hacia abajo. Una cleta en forma de alambre con una bolsa de plástico cruzando el camino, a punto está de amargarnos el día. José Luis, por suerte la pasa por encima y se evitan males mayores. Por una pista cada vez mejor y en rapidísimo descenso, intento alcanzar a unos ciclistas que hacen el mismo recorrido que nosotros, pero con alforjas. Justo lo logro en el mismo pueblo de Ribes de Freser. Tras un rato intercambiando impresiones, entramos en el pueblo y por indicación de Antonio nos vamos a visitar la estación y el museo del ferrocarril del trenecito de cremallera que asciende hasta Nuria. Un museo curioso donde vemos como trabaja este tren y las máquinas y vagones antiguos que en él se guardan. Dentro del museo nos entra la vena maquinista y nos hacemos unas fotos en plena acción. Salimos del pueblo por la carretera de Puigcerdá tras unas vueltas por el mismo. Esta es estrecha y muy transitada. No nos gusta, pero este tramo es inevitable. Continuamos hasta Roques Blanques donde tomamos un desvío a la izquierda por una pista encementada que nos lleva hasta cruzar la vía del tren. Ahora empieza un ascenso considerable entre el bosque. La hora del día y el calor tampoco acompañan y eso que pedaleamos bajo la sombra de los árboles. Las piernas sufren bastante ya que esta dureza no nos la esperábamos y me parece interminable. Son 2.5 kilómetros de platillo que nos llevan hasta una pista mejor que por la izquierda va a Campelles . Nosotros, tras reagruparnos y hacernos unas fotos, giramos a la derecha. Comienza ahora un descenso vertiginoso por pista encementada en el que disfrutamos de forma considerable, tal vez para vengarnos de la dura subida que nos ha traído hasta aquí. Esta pista acaba a los pies de Planoles , pueblo al que ahora debemos ascender. Justo ahora debo cambiar las pilas del GPS y me quedo solo. Toca ascender hasta Planoles, pero antes cruzamos las vías del tren donde me esperan los demás. Recorremos todo el pueblo y el camping Masía Can Fosses resulta estar a un kilómetro más arriba (nunca está abajo, porque será). En el camping solo tienen un bungaló, así que debemos montar el Conver 13 . Hacemos la colada, tendemos la ropa, nos aseamos y rezamos para que no llueva, pero el cielo se pone cada vez más oscuro. Mientras acabamos, nos tomamos unas cervecitas en el bar del camping. Pretendemos cenar allí, pero no dan cenas, así que llamamos al único bar que nos atiende. Fabricamos unos tendedores artesanales dentro del bungaló y solo nos queda cenar, así que bajamos al pueblo hasta el restaurante que hemos reservado. Unos por carretera y otros por la GR que en poco tiempo nos deja en el pueblo. Durante la cena esperamos la llamada de Carmen y los Césares para que nos cuenten como ha ido lo del coche. Parece ser que no ha habido suerte, ni con el coche, ni con la bici. Les esperamos y llegan "in extremis", justo antes de cerrar el bar en el que amablemente les han guardado algo de comida. Llueve poco, pero nos inquieta ya que mañana tenemos que ascender a bastante altura y la etapa, en principio, es más dura. Hoy la etapa "corta" han sido 44 km, y 1446 m de desnivel.
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