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Albanya - Camprodón (2/2) Continuamos en descenso, ya por asfalto, en dirección a Montagut, cuando vemos el puente de Plansarenes sobre el río Llierga , espectacular construcción, muy aérea, sobre el desfiladero en la que nos fotografiamos. Por suerte para nosotros, unos metros más adelante está el camping Montagut en el que nos hacen unas tortillas francesas y pan con tomate amén de servirnos unas "birritas" estupendas. Antonio respira tranquilo, la primera parada es un éxito. Nos llaman por teléfono y a Michel, Carmen, su mujer, no le da muy buenas noticias del taller, la avería es grave y la solución mala pero empiezan a reparar el coche. Se supone estará arreglado al día siguiente.
Tomamos de nuevo la carretera a Montagut y después de unas recurvas en ascenso no previstas por la organización, llegamos a un desvío a la derecha tras una casa muy floreada y con la indicación de Can Banal. Es un tramo de pista asfaltada estrechita que corre bajo el bosque con un mar de toboganes con tramos más suaves, pero que en general, se hace llevadera y aumenta nuestra velocidad media. Así llegamos a Can Banal . Al cabo de un rato, justo antes de cruzar un puente, tomamos un camino lleno de piedras y rodadas - parece el cauce seco de un río- que en pocos kilómetros nos lleva a la carretera de Oix a Castellflorit de la Roca . La cruzamos y tomamos una pista ahora asfaltada, en el libro de Jordi Laparra la indican como pista de tierra, que continúa en ascenso de manera constante, pero llevadera, internándose en la Riera de Carreres . Circulamos en dos grupos, pero nos vamos relevando para que nadie se quede descolgado. Antonio va buscando alguna fuente, pero somos incapaces de encontrar ninguna. De esta guisa llegamos, tras 6.50 km a unas recurvas que nos introducen en una zona del 15% de desnivel, durísima y que deja a la izquierda Can Plana , un hostal donde pensábamos hacer la segunda parada y que dejamos para más tarde. Al coronar este Coll de Carreres (650 m), fotografías de alegría junto a las señales indicadoras del desnivel. Comienza un descenso cortito hasta el Hostal de la Vall de Bac donde encontramos una excursión de críos en bici. Alguno de nosotros también se aprovisiona de agua antes de empezar el ascenso al coll de San Pau . Entramos en un tramo, a la postre pestoso, en el que por desconocimiento empiezo tirando rápido y ligero. El día sigue muy gris y quiero llegar cuanto antes al alto. Sin embargo, al cabo de un rato, tras una serie de toboganes, me fallan las fuerzas de manera considerable e inexplicable. Nos adelanta César y luego Mamen, también se aleja. Me da la impresión que este va a ser mi momento malo de la ruta. Necesito comer y nos tomamos unas barritas energéticas Michel, Pedro y yo, pero mi mal es más moral que físico. Llegan entonces Merche y José Luis que paran también. Michel nos dice que en línea recta quedan al collado 2.5 km y él sigue subiendo. También salen Merche y José Luis a los que se supone alcanzaremos más tarde. Pedro se queda conmigo manteniendo un ritmo bajo pero que me cuesta seguir. Al poco, nos encontramos descansando a Merche y José Luis y aprovecho para tomar un poco de glucosa. Tras un rato de charla un tanto picantona, seguimos en ascenso y, adelantándonos algo, otra vez nos quedamos solos Pedro y yo. Michel preocupado llama al móvil justo cuando vamos a coronar el puerto y el pobre, nos espera muerto de frío junto a Mamen en el coll de San Pau (950 m). Los demás se han bajado por la baja temperatura y nos esperan en el pueblo. Esperamos a Merche y José Luis y descendemos todos juntos a Sant Pau de Seguries donde nos unimos a los demás y tomamos unas cervecitas en el bar del camping. Son las 3 de la tarde, así que vamos muy bien y ya que queda poco a Camprodón. En teoría, casi llano. A la salida del bar nos damos cuenta que la bici de César está rota, ha partido el cuadro por el tubo superior. Mala suerte y buena a la vez porque de romperse en las fuertes bajadas de hoy habríamos tenido algún disgusto serio. César se adelanta enrabietado con su suerte. Los demás ascendemos suavemente y tras atravesar una cantera de áridos, tomamos un camino encementado a ratos que circula junto a un canal. Son unos diez km que hacemos con facilidad a pesar del cansancio, hasta llegar a Campodrón. El rato de descanso en el bar me ha venido bien y ahora estoy fenomenal, cosas del "coco". En la entrada del pueblo, ya todos juntos, llamamos a César S y nos confirma el lugar donde se encuentra el camping al que nos dirigimos. Entonces, comienza a llover de forma intensa. Sabía que al final nos íbamos a mojar. Tomamos la carretera de Molló en dirección hacia el Coll de Ares y a un par de kilómetros está el camping Els Solans . Llueve cada vez más y tras formalizar la inscripción, vamos a los dos bungalós que han alquilado nuestros intendentes. No tienen el nivel del día anterior, pero son muy cómodos y dentro no llueve. Nos duchamos y vamos a tomar unos bocadillos calientes y unas "birras" salvadores. En el camping no dan cenas, así que buscamos guía en mano algún sitio donde cenar en Camprodón. Llueve a mares; de buena nos hemos librado. Luego, a la rutina del ordenador descargando fotos, tracks y preparando la ruta del día siguiente. Visto el tiempo que hace, decidimos realizar mañana la alternativa más corta hasta Planoles a través de la collada Verda . Espero que sea una decisión acertada y así permitirnos dormir un rato más y evitar el mal tiempo. Mañana nos levantaremos a las 8. Mientras tanto César P intenta contactar con alguien que le mande una bici por SEUR hasta Figueras o el sitio lo más cercano posible a donde nos encontramos. Como solo tenemos un coche de apoyo y no cabemos todos a la vez, César S hace turnos para bajarnos a Campodrón. Damos una vuelta por el pueblo visitando el puente sobre el río Ter y el casco viejo. Luego, a cenar en Casa Nuria donde nos atienden un poco a regañadientes ya que parece que llegamos a última hora aunque, que yo recuerde, habíamos reservado la cena. Un buen plato de pasta, una buena butifarra blanca con patatas y una tisana acompañada de un vasito de ratafía , son la mejor forma de acabar el día antes de ir a dormir. Bueno, antes de dormir debo escribir estas líneas, aunque no me apetezca mucho. Mientras escribo, charlamos Pedro, Merche y yo. Cuando llegan los demás apagamos la luz y a soñar. Al final ha quedado una etapa de 69 km casi 2093 m de desnivel acumulado -1780 m según el libro- y algo más de 5.38 h de ruta. ¿No está mal verdad?
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