Descubrimiento de la Tumba
La primera vez que se relata este descubrimiento de la tumba del Santo es en un documento denominado La Concordia de Antealtares. Este texto trata de equilibrar las disputas entre el Obispo Diego Peláez -constructor de la catedral de Santiago- y San Fagildo -abad del monasterio de Antealtares- por cuestiones territoriales.
Cuenta la leyenda que, sobre el año 813, un anacoreta llamado Pelayo (Pelagio) se encontraba retirado en el bosque de Libredón sobre una colina que rodean los ríos Sar y Sarela. En esa zona se hallaban una necrópolis romana y otra visigoda. Estaban ocultas bajo una capa de arcilla como consecuencia de la ruina que las asolaba. Una lluvia de estrellas comenzó a caer sobre un punto determinado, lo cual interpretó como un mensaje divino y comenzó a buscar. El hallazgo llegó al encontrar un sepulcro. Dio cuenta al obispo Teodomiro y le dijo que se encontraba en lo que el llamaba un campo de estrellas (campus stelae).
Rápidamente, el obispo hizo un viaje hasta allí y tras un ayuno de 3 días descubrióunas tumbas y sin dudar certificó que eran las que contenían los restos del Apóstol Santiago y de los discípulos Teodoro y Atanasio que le acompañaron desde Palestina. Reconstruyo la historia para que el hecho de que los cuerpos estuvieran a 38 kilómetros de la costa y en la vía romana de Padrón a Betanzos tuviera sentido. Alegó que fue transportado hasta allí por los dos discípulos para cumplir la tradición que mandaba enterrar a los apóstoles allí donde hubieran predicado.
El rey Alfonso II el Casto, tuvo conocimiento del hecho y nombró a Santiago patrón en un intento de que apadrinara la reconquista del territorio a los musulmanes. El monarca acude con sus nobles y manda erigir la primera iglesia dedicada a Santiago y otras dos dedicadas al Salvador y a San Pedro y a San Pablo, respectivamente. La construcción de la iglesia sobre la tumba del santo y las obras comienzan en el 829. En el lugar, y por orden real, se instala una pequeña comunidad de Agustinos que constituye el primer núcleo de lo que poco después sería Compostela. Así mismo informa de la aparición a Carlomagno.
La noticia corrió por todos los caminos y se hizo oficial la veneración del Santiago en el Campus Stelae.
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